lunes, 4 de abril de 2016

Clase numero cinco

ACTO y POTENCIA
Doctrina metafísica de Aristóteles, según la cual todas las cosas materiales se componen de dos maneras del ser, que son el acto (enérgeia) y la potencia (dýnamis). El acto, es la actualidad de una cosa o de un ente y significa realización y perfección, mientras que la potencia es pura posibilidad de ser algo.  Lo que cambia pasa de la potencia de ser algo al acto de serlo, de tal manera que la potencia no debe entenderse como si fuera la nada o el no-ser, sino una sustancia precedente que, respecto de la posterior es su potencia.

NOCIÓN Y CLASIFICACIÓN GENERAL DE LAS FACULTADES AFECTIVAS
Observase generalmente en los tratados de filosofía, al hablar de las facultades o potencias afectivas del hombre, una confusión análoga a la que hemos indicado con respecto a las facultades de conocimiento. Así como al tratar de éstas, vemos a muchos filósofos prescindir de la línea divisoria primitiva y esencial que existe entre el orden sensible y el orden intelectual, así también los vemos hablar de voluntad, de actividad libre y espontánea, de instintos, de deseos, de sentimientos y pasiones, sin separar y distinguir de una manera rigurosa y precisa lo que pertenece al orden sensible de lo que pertenece al orden puramente intelectual.

PASIONES DEL APETITO CONCUPISCIBLE.
Que son el amor, el deseo, el deleite o gozo sensible, a las cuales corresponden con respecto al mal sensible, el odio, la fuga y la tristeza. Estas afecciones, como pasiones, no deben confundirse con los actos análogos de la voluntad, relativos a algún objeto en cuanto conocido por la razón pura, actos que pudiéramos llamar afecciones inteligibles,para distinguirlas de las sensibles, que constituyen las pasiones.


ASIONES DEL APETITO IRASCIBLE.
LAS PASIONES PRINCIPALES DEL APETITO IRASCIBLE.
La esperanza, que tal vez sería mejor llamar confianza (fiducia), reservando el primer nombre para el acto análogo de la voluntad, viene a ser una afección mediante la cual el sujeto se pone el relación y como en contacto con algún bien futuro y difícil de conseguir.

La audacia, o animosidad, puede decirse que es la erección y como insurrección del ánimo para superar y vencer un mal grave. La audacia siempre se refiere a algún mal grave, al menos relativamente; porque los males leves o considerados como tales, no excitan ni levantan la energía y [265] fuerzas del alma, como se verifica en la audacia, a consecuencia de la percepción o aprehensión de algún mal grave que amenaza.

LOS TEMPERAMENTOS
La experiencia y la observación demuestran claramente que las pasiones que acabamos de enumerar y describir, no se manifiestan en todos los hombres con la misma facilidad ni con el mimo grado de energía.
Los temperamentos cuyo predominio relativo se considera como la razón suficiente de esta variedad de predisposiciones naturales a determinadas pasiones, suelen reducirse a cuatro, que son: el linfático o flemático, el melancólico, el sanguíneo y el bilioso o colérico.

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